La comunicación es un aspecto fundamental en todas las interacciones humanas. Una comunicación efectiva es aquella en la que se logra transmitir mensajes de manera clara, comprensible y respetuosa. En este artículo, exploraremos diferentes estilos de comunicación, centrándonos en la comunicación asertiva, pasiva, agresiva, y también en el lenguaje no verbal. Comprender estos aspectos nos ayudará a mejorar nuestras habilidades comunicativas y fortalecer nuestras relaciones personales y profesionales.
I. Comunicación pasiva:
La comunicación pasiva se caracteriza por la dificultad para expresar opiniones, deseos y necesidades de manera clara. Las personas que se comunican de manera pasiva tienden a evitar el conflicto y pueden sentir temor de ser juzgadas o rechazadas. Esto puede llevar a una falta de autoafirmación y a la incapacidad de establecer límites adecuados. La comunicación pasiva puede generar malentendidos y frustraciones, afectando negativamente las relaciones personales y laborales.
Algunas características de la comunicación pasiva son las siguientes:
- Tener dificultad para expresar opiniones: las personas que se comunican de manera pasiva suelen tener dificultades para expresar sus puntos de vista y opiniones. Pueden estar más preocupadas por complacer a los demás que por hacer valer sus propias ideas.
- Falta de asertividad: la comunicación pasiva a menudo carece de asertividad (capacidad de ponerse en el lugar de otra persona y en su contexto personal). Las personas que se comunican con el estilo pasivo, evitan el conflicto, optando por aceptar lo que los demás dicen o deciden, incluso si no están de acuerdo. Esto puede generar frustración y resentimiento.
- Ser incapaces de establecer límites: la comunicación pasiva puede resultar en la incapacidad de establecer límites adecuados. Las personas que se comunican pasivamente pueden permitir que los demás los sobrepasen o abusen de ellos debido a la dificultad para expresar sus propias necesidades y deseos.
- Tener miedo al rechazo: el miedo al rechazo es una característica común en la comunicación pasiva. Además temen que expresar sus opiniones o hacer valer sus necesidades genere la desaprobación de los demás, lo que las lleva a no comunicar sus opiniones. Para estas personas dialogar y expresar que tiene diferentes sentimientos y criterios, es sinónimo de confrontación.
II. Comunicación agresiva:
La comunicación agresiva se caracteriza por una expresión violenta, dominante e intimidante de opiniones, deseos y necesidades. Las personas que utilizan este estilo de comunicación tienden a imponer sus puntos de vista sin considerar los derechos o sentimientos de los demás, generando hostilidad, resentimiento y conflictos en las relaciones interpersonales. Es importante aprender a canalizar la energía de manera constructiva y buscar alternativas a la comunicación agresiva.
Las principales características de personas que se comunican de manera agresiva son las siguientes:
- Imponen sus opiniones: Las personas que se comunican de manera agresiva suelen imponer sus opiniones y puntos de vista sobre los demás. Pueden utilizar un tono de voz fuerte y dominante para intimidar y hacer valer su posición.
- Suelen violar de los derechos de los demás: La comunicación agresiva tiende a violar los derechos y límites de los demás. Las personas que se comunican de forma agresiva pueden interrumpir, insultar o descalificar a los demás, sin mostrar respeto por sus opiniones o sentimientos.
- Se muestran hostiles y buscan la confrontación: La comunicación agresiva a menudo genera un ambiente hostil y de confrontación lo que puede dar lugar a conflictos y dificultar la resolución de problemas de manera constructiva.
- Muestran falta de empatía: La persona agresiva suele carecer de empatía hacia los demás ya que se centran principalmente en hacer valer sus propias necesidades y deseos, sin considerar las perspectivas o sentimientos de los demás.
III. Lenguaje no verbal:
El lenguaje no verbal es una parte integral de la comunicación. Incluye gestos, expresiones faciales, postura corporal, contacto visual y tono de voz, entre otros elementos. El lenguaje no verbal puede transmitir información y emociones de manera poderosa por esa razón, es importante ser consciente de nuestro lenguaje no verbal y comprender cómo puede afectar la interpretación de nuestro mensaje. La congruencia entre el lenguaje verbal y no verbal es esencial para una comunicación efectiva.
Es famosa la regla 55-38-7 del investigador Albert Mehrabian, profesor emérito de psicología en la Universidad de California, que realizó un experimento en 1967 en el que cuantificó el grado de influencia de los distintos elementos que componen la comunicación: palabras, cuerpo y voz. Descompuso en porcentajes el impacto de un mensaje con los siguientes resultados: el 7% es verbal, el 38% vocal (tono, matices y otras características) y un 55% señales y gestos. El componente verbal se utiliza para comunicar información y el no verbal para comunicar estados y actitudes personales. Albert Mehrabian, afirma que en una conversación cara a cara el componente verbal es un 35% y más del 65% es comunicación no verbal. Quiero matizar, que sus conclusiones se limitan a la comunicación de emociones. Lo que el famoso investigador demostró con su trabajo es la importancia de cuidar la comunicación no verbal; no sólo las palabras que usamos sino también la manera en que las pronunciamos: lenguaje corporal (apariencia, postura, gestos) y voz (tono, ritmo, volumen).
Los aspectos clave a considerar en la comunicación no verbal son los siguientes:
- Gestos y expresiones faciales: Los gestos y las expresiones faciales pueden transmitir emociones y complementar el mensaje verbal. Por ejemplo, una sonrisa puede indicar simpatía o aprobación, mientras que una mirada fruncida puede expresar desaprobación o descontento.
- Postura corporal: La postura corporal puede reflejar nuestra actitud y nivel de confianza. Mantener una postura erguida y abierta puede transmitir seguridad y disposición para interactuar, mientras que encorvarse o cruzar los brazos puede indicar tensión o reserva.
- Contacto visual: El contacto visual es un aspecto importante del lenguaje no verbal. Mantener un contacto visual adecuado muestra interés y atención hacia la persona con la que nos comunicamos. Evitar el contacto visual puede indicar desinterés o falta de confianza.
- Tono de voz: El tono de voz puede afectar la interpretación del mensaje. Un tono de voz suave y calmado puede transmitir tranquilidad y apertura, mientras que un tono de voz agresivo o elevado puede generar tensión o confrontación.
IV. Comunicación asertiva:
La comunicación asertiva implica expresar nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y necesidades de manera directa y honesta, sin violar los derechos de los demás. Además, la comunicación asertiva fomenta la confianza y el entendimiento, facilitando la construcción de relaciones saludables. Cuando utilizamos un estilo de comunicación asertiva, podemos transmitir nuestro mensaje de manera clara y respetuosa, mostrando consideración hacia los demás.
Al practicar la comunicación asertiva se favorece:
- La expresión clara de opiniones: La comunicación asertiva implica ser capaces de expresar nuestras ideas y puntos de vista de manera clara y precisa. Evitamos el uso de ambigüedades o lenguaje vago, lo que ayuda a evitar malentendidos.
- La escucha activa: La comunicación asertiva también implica ser un buen oyente. Esto implica prestar atención a los demás, mostrar interés genuino y evitar interrupciones. La escucha activa nos permite comprender mejor a los demás y responder de manera adecuada.
- El respeto hacia los demás: La comunicación asertiva se basa en el respeto mutuo. Reconocemos los derechos y sentimientos de los demás, y evitamos hacer juicios o descalificaciones. Fomentamos un ambiente de colaboración y comprensión.
- Una búsqueda de soluciones mutuamente beneficiosas: La comunicación asertiva implica buscar soluciones que sean satisfactorias tanto para nosotros como para los demás. Nos esforzamos por encontrar un terreno común y resolver conflictos de manera constructiva.
En resumen, desarrollar habilidades de comunicación asertiva nos permite expresar nuestros pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa. Evitar la comunicación pasiva y agresiva nos ayuda a establecer límites adecuados. Además es esencial ser conscientes de nuestro lenguaje no verbal para comprender cómo puede influir en la comunicación. Asegurarnos de que nuestro lenguaje verbal y no verbal estén en armonía puede ayudar a transmitir mensajes claros y evitar malentendidos.